Mi nombre es Marcela y con Luis somos los padres de Ana y de Luis Andrés, Lucho…
Nuestro hijo tiene síndrome de Down, y llegamos a San Agustín a través de Patricia Madrussan, coordinadora del equipo terapéutico “Pago de los Arroyos”, donde trabaja mi hijo, que vió una nota en el diario La Capital sobre el lanzamiento de este proyecto y me pasó el teléfono de contacto.

El primer día fue el 20 de septiembre de 2019 y Lucho empezó ese mismo día!!!
En los primeros entrenamientos fue todo desconocido, se sorprendió al conocer un nuevo deporte.
Con los profes interactuó enseguida. Con sus compañeros fue un aprender a convivir y a compartir un espacio donde debía respetar el lugar de cada uno.
En San Agustín encontramos una gran familia de amigos, un lugar de encuentro, donde para ellos no hay DIFERENCIAS, todos son y somos iguales.
Lucho disfruta de cada aprendizaje y cada encuentro lo vive con mucha ALEGRIA.
Es SU lugar, ahí él es EL y se siente valorado. Quiere que lo llamemos LUCHO porque así fue bautizado por los profes y esa es su identidad!

Con el correr de los meses, muchos cambios aparecieron en él, aprendió a ingresar solo a la práctica, cambiarse y salir del vestuario hacia la cancha donde practican; compartir el tercer tiempo, y una vez finalizado cambiarse para volver a casa. Tarda mucho tiempo porque NO QUIERE IRSE.
Los viajes realizados a San Juan, Buenos Aires… afianzaron más su AUTONOMIA, valorado como persona y con la inmensa alegría de saber que en San Agustín creen en él!! Que todo es posible…
Queda mucho por aprender, San Agustín representa un lugar en SU VIDA; AMISTAD, CARIÑO, CONVIVENCIA, RESPETO.
Gracias totales a todo el equipo de San Agustín
Familia Miranda